jueves, 1 de agosto de 2013

                      


 Entre otras cosas, Tránsito es una meditación sobre una decisión ética trascendental en un mundo en el que el humanismo se desmorona.  Es a la vez la semblanza de un asesino de videojuego enfrentado a sí mismo y una radiografía poética de La Tierra.  Es quizás la primera animación en la que la conciencia es la principal protagonista
     El MagaCine

  Un viaje posmoderno hacia la luz del contacto humano a través del lado más feo y oscuro de la existencia,  tal como se ve con frecuencia en la realidad, en los medios de comunicación y la experiencia artística. El asombroso poder de algunas de sus imágenes perdurarán para siempre,  como los fragmentos de un sueño colectivo (o tal vez de una pesadilla), en la psique del espectador
    Animator Review



     Lúcida y salvaje. Desgarradoramente poética.
  Cierra los ojos a la civilización para poder verla mejor,  y despierta...
     Kinema I love

   Hay que escribir con el lenguaje onírico de los deseos sobre nuestra frente dormida de hombres despiertos, para desafiar el sentido histórico de la existencia,  y devolverle su brillo trascendental indeterminado. Que esal fin y al cabo el de nuestra radical libertad originaria./ O bien abrir nuestro corazón a base de oportunos flashes de la historia del arte idóneamente distorsionados para la ocasión,  y certeros zarpazos espirituales... Pues bien, esto  hace Tránsito por nosotros, una rareza irreductible que es en este sentido prescindible pero muy necesaria...
     Le Monde Cinematographe

viernes, 29 de marzo de 2013

On TRÁNSITO





<A veces el único modo de encontrar la luz es cerrar los ojos y atravesar la oscuridad interior>

Atraviesa el tiempo otra flecha de Apolo, rescatado para la ocasión por un caracol misterioso en un jardín de estatuas en ruinas.  En otro lugar el Adán de Miguel Ángel confronta imágenes terroríficas de  destrucción hasta que Dios, definitivamente alejado de su Creación, pulsa un Rewind escalofriante de la Historia hacia el Big Bang, - o el origen de la vida.  Mientras tanto, en un Museo donde espectadores desahuciados dormitan entre  representaciones de Bellezas Clásicas Torturadas y Naturaleza Muerta , enloquece la Venus de Boticelli. Hay un asesino de videojuego merodeando en su propio laberinto .  Y un conejo blanco, escapado de sus garras, que desbarata los planes de un experimento científico imposible sobre la Tierra en el acelerador de partículas de Ginebra, algunos de cuyos resultados leemos en una cámara de burbujas poética. ¿Es posible que el sentido que conecta las piezas de este caos de cosas aparentemente absurdas se encuentre entre los resultados de este experimento fallido?, ¿o nada –ni siquiera la poesía o el arte- tiene ya sentido?:

Si nada tiene sentido, entonces “Tránsito” es simplemente la transcripción del proceso mental del protagonista –un espectador contemporáneo cualquiera acostumbrado a la exhibición de maldades cotidianas,  enfrentado a sí mismo: una historia bárbara sobre la civilización y un viaje a modo de pesadilla por el lado oscuro de la existencia.

  Pero no hay nada definitivo, todo es tránsito: si hay algo que permanece a través de todos los cambios es una cierta perspectiva de que nada permanece.  Tampoco el horror y el sufrimiento. La vida continúa y siempre hay un lugar y un momento de fugaz destello de la conciencia, que se reconoce en esta verdad y permite despertar a la esperanza, aunque de momento  sólo sea un sueño, nubes, trazos de una realidad dibujada...

Porque la conciencia incluye no sólo el dolor de la Humanidad, sino el anhelo de transcenderla. La estructura abierta de la narración apela deliberadamente a la habilidad proyectiva del espectador para encontrar ese algo superior, y en tal sentido este viaje por el lado oscuro de la existencia se ofrece como una experiencia catártica.

Porque TRÁNSITO es un espectáculo inconformista en el que la experiencia sensorial juego un rol tan importante como la búsqueda de significado.